Nunca tuve bicicleta. De
niña montaba en las de mis amigas y vecinas, que me dejaban dar una vuelta tras
insistir, algunas veces casi suplicando. Momentos que disfrutaba alegre aunque
brevemente, y volviendo al ruego para conseguir sólo una vuelta más.
En la adolescencia, en
algunas excursiones en bici propuestas por el profesor de gimnasia, pedía
prestada una mountain bike. Y no volví a montar en años.
Hasta hace unos meses cuando
surgió en mí la idea de utilizarla como medio de transporte para ir y volver de
mi trabajo. No sé cómo ni
por qué apareció esa ocurrencia en mi cabeza, pero me propuse conseguir una
bicicleta para hacerlo.
Antes de lanzarme a recorrer las calles de la ciudad, quise comprobar
si era capaz de manejarme con soltura después de tanto tiempo sin montar en
una, así que le pedí a una buena amiga que me prestara la suya para iniciar mi
particular entrenamiento. Es cierto el dicho sobre montar en bici… una vez
aprendido no se olvida. El primer día me sentí algo insegura, no por mantener
el equilibrio, sino por el manejo del manillar y el cambio de los platos y los
piñones; pero apenas fueron necesarias un par de salidas más para lograr mi
objetivo.
En días posteriores investigué sobre cual sería el itinerario
más apropiado para recorrer los casi tres kilómetros que hay desde mi casa
hasta el trabajo en pleno casco histórico de Málaga. No fue tarea fácil. Os
propongo hacer este ejercicio en vuestras ciudades: imaginaos que queréis ir
desde vuestra casa al centro de la ciudad, o al colegio de vuestros hijos, o al
bar donde habéis quedado con unos amigos. Pensad en el trayecto de ida y vuelta
como si fueseis montados en bici. Veréis cómo cambia considerablemente vuestra
selección de la ruta a seguir, qué calles debéis escoger para poder circular evitando
aquellas en las que se pueda ver entorpecido vuestro paso por el tráfico de
coches, eligiendo las más amplias o en las que no molestéis a los peatones, o
cuándo ir por la calzada y cuándo por la acera, dónde está el carril bici, etc.
Yo lo hice. Andando, para observar todos los detalles con
detenimiento. Quería estar segura de elegir bien el camino. Las ciudades no
están pensadas para los ciclistas.
Durante días visualizaba las posibles rutas en mi cabeza. Cuando
elegí la más conveniente para salvar mis limitaciones como ciclista novel, la
llevé a la práctica relajadamente un par de domingos. Salí a comprobar el
trayecto elegido midiendo el tiempo necesario para llegar al trabajo con
comodidad.
Hoy día conozco tan bien el recorrido que lo hago casi mecánicamente.
Tanto es así que controlo hasta los tiempos de los semáforos, y sé dónde tengo
que ir más despacio o correr un poco más si quiero pasar el siguiente en verde
sin parar. Sé donde están los bordillos más altos, los baches y los socavones, evitándolos
con soltura. Feliz de haber tomado la decisión de llevar mi idea a la práctica,
os seguiré contando anécdotas y experiencias que vivo a diario como ciclista
urbana.
Me dan ganas de desempolvar la bici.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apoyo!!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu estreno, ambos digo, como ciclista y en especial como escritora. Que disfrutes!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, vosotros me habéis dado mucha motivación!
ResponderEliminarGracias por compatir tu experiencia.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo. Un abrazo.
EliminarMe alegro leer tu experiencias, Yolanda!
ResponderEliminarSoy un chico de Berlín que actualmente vive en Málaga durante unos meses, y igual que en Berlín aquí voy a la universidad en bici. Es muy diferente, de verdad, (hay mucho más ciclistas en Berlín,) pero espero que nosotros podemos cambiarlo. Mientras más ciclistas en la calle, más nos ven como usuarios de la vía publica con sus derechos.
Gracias a ti, me motiva mucho saber que gusta lo que escribo y sobre todo si sirve para que más gente se monte en la bici y elija ese medio de transporte.
EliminarAquí tienes otro lector fiel (y seguidor en twitter)
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique, me costó un poco empezar con el blog, pero ahora que ya lo tengo estoy encantada!
EliminarDime hora y lugar y te hago la foto y la cuelgo en mi blog, en panoramio y donde quieras. Me encantaría que todo el mundo fuese en bici, hasta yo, y, que conste que tengo 72 años y no me monto en una bici desde que tenia 18.
ResponderEliminarDisfruta, se feliz y que cunda el ejemplo
Muchas gracias Ginés! Te tomo la palabra con lo de la foto! Pásame el enlace de tu blog y lo compartiré. En cuanto a la edad, nunca es tarde para lanzarse! Un abrazo.
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EliminarCajón de sastre. Mis vivencias e ilusiones
ginescomo.blogspot.com
Ese es mi blog y el enlace. Si te gusta el arte, los relatos cortos y las historias del abuelo cebolleta, podras disfrutar.
Un abrazo
Hola Ginés, he puesto el enlace a tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Felicidades Yolanda por tomar la mejor decisión de tu vida ;-)
ResponderEliminarwww.conbici.org - Manuel Martín
Gracias Manuel! Un abrazo.
EliminarÁnimos desde Inglaterra para tu blog! :)
ResponderEliminarMuchas gracias! Un abrazo.
EliminarYolanda, disfruté mucho dando paseos por Málaga con una bici de alquiler. Recuerdo que coincidí con una marcha reivindicativa en pro de la utilización de la bici en la ciudad. Era Abril del 2009. Tenéis unas playas (a pesar de la cementera)y una ciudad preciosa, y si combinas la bici con el pescado espetado en un día de sol, no se puede pedir más.
ResponderEliminarDesde Bilbao, un fuerte abrazo. Sigue así.
Santi.
Hola Santi! Me alegro mucho que disfrutaras de Málaga, vuelve pronto y a bicicletear! Un abrazo.
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